Un virus ARN es un virus que usa ácido ribonucleico (ARN) como material genético, o bien que en su proceso de replicación necesita el ARN. Por ejemplo, el virus de la hepatitis B es un virus clasificado como virus ADN (hepadnavirus), con la peculiaridad de tener su genoma ADN de doble cadena y el genoma es transcrito en ARN durante la replicación.[1] Su ácido nucleico es usualmente ARN monocatenario, pero también puede ser ARN bicatenario. Los virus ARN monocatenarios pueden clasificarse, a su vez, según el sentido o polaridad de su ARN en negativos o positivos. Los virus ARN positivos son idénticos al ARNm viral y por lo tanto pueden ser inmediatamente traducidos por la célula huésped. El ARN viral negativo es complementario del ARNm y por lo tanto debe convertirse en ARN positivo por una ARN polimerasa antes de la traducción.[2]
Los retrovirus, al contrario que otros virus ARN monocatenarios, usan ADN intermedio para replicarse. En la transcriptasa inversa, una enzima viral procedente del propio virus, convierte el ARN viral en una cadena complementaria de ADN, que se copia para producir una molécula de ADN bicatenario viral. Este ADN dirige la formación de nuevos viriones.
Los virus ARN presentan generalmente tasas de mutación muy altas pues carecen de ADN polimerasas que puedan detectar y corregir los errores (reparación del ADN). Los virus ADN presentan tasas de mutación mucho más bajas debido a la habilidad de corrección de las ADN polimerasas de la célula huésped. Los retrovirus integran un ADN intermediario de su genoma ARN en el genoma del huésped, y por lo tanto tienen una oportunidad mayor de corregir errores en su genoma gracias a la acción de corrección de las ADN polimerasas de la célula huésped.
Aunque usualmente el ARN muta rápidamente, un reciente trabajo de investigación determinó que el virus del SARS y otros virus relacionados contienen un gen que muta muy lentamente.[3] El gen en cuestión tiene una estructura tridimensional compleja que se supone proporciona una función química necesaria para la propagación del virus, quizás como una ribozima. Si esto fuese así, la mayoría de las mutaciones la harían inútil para este fin y no se propagarían.